Reflexiones sobre el periodismo de viajes

2. Calidad, cantidad y oficinas de turismo. 

¿Cuántas visitas tiene tu página web? ¿Cuántos seguidores tienes en Facebook o en Twitter? ¿Qué lugar ocupas en Alexa? ¿ Y cuál es tu Klout? ¿Y tu page rank? 
¿Las cifras son  importantes a la hora de valorar una página web?  Respuesta: sí. ¿La cantidad de visitas y su posición en un ranking determina su calidad? Absolutamente, no. 
Nada tiene que ver la cantidad con la calidad, por más que las empresas que colaboran con las páginas web de viajes se encaprichen con los números y las estadísticas. 
Y eso no quiere decir que la cantidad no sea importante. Lo es, pero solo hasta cierto punto. Sin obsesionarse. Hay muchísima gente que busca la calidad, la diferenciación, y que afortunadamente se olvida de la cantidad. A la hora de vender un viaje a la Polinesia un reportaje publicado en una página que tiene cien vistas al día puede tener más posibilidades que otra que contabiliza tres mil  o treinta mil.
¿Y el contenido de una página web? ¿Cuánta más cantidad de reportajes mejor? ¿Piénsenlo bien?¿Qué prefieren? ¿Mil reportajes sobre mil destinos escritos de cualquier manera o una página con solo cuarenta reportajes escritos a conciencia?
Pero la reflexión llega más allá. Si se trata de periodismo de viajes hay que exigir cierto ritmo, cierta pausa. La idea de tener una mega web en la que están todos los destinos del mundo me parece en parte demencial. 
¿Ponemos todo nuestro trabajo a disposición del público, de manera gratuita, a la espera de futuros patrocinadores que llegarán cuando la cantidad de visitantes y de reportajes sea inmensa, o por el contrario utilizamos las webs un poco a la usanza de las revistas de papel, es decir publicando tan solo unos cuantos reportajes al mes?
Son reflexiones que lanzo al aire, obviamente defendiendo mi modelo de revista, el de Viajes Magazine, pero indagando hacia donde va este  mundo tan disparatado. 
Modelos de revista como TRVL —aunque ignoro como se financia—  solo accesible para Ipad marcan a mi entender la tendencia de lo que sería deseable en el periodismo de viajes. Calidad, contenido y pago correspondiente por cada reportaje publicado. (Otro día hablaré de los colaboradores y de publicar o no reportajes de forma gratuita).
Mientras tanto aquí vamos haciendo el primo. Blogs y  webs aceptan bunners y enlaces a precios irrisorios, y la página de viajes parece una página de anuncios.  Tan solo unas pocas webs de viajes elaboradas por profesionales  que llevan muchos años en el oficio se salvan de la mediocridad.   
¿Qué modelo quieren las Oficinas de Turismo y otras empresas del sector?
Si yo representase a un país o a una línea aérea me encargaría de buscar lugares con calidad, páginas web con  una presentación acertada, un mensaje atractivo, y me olvidaría de cifras, de enlaces y sobre todo de los dichosos bunners. En primer lugar mandaría a mis clientes a ver tal o cual reportaje en una web que tuviese calidad. Con eso debería ser suficiente y este es el modelo que defiendo. Saludos cordiales.