Camino de Santiago
/Calzado cómodo
Probablemente el mejor consejo de todos, si falla el calzado el camino se tuerce de inmediato. Y el calzado ideal depende de cada uno. Yo utilizo zapatillas de trekking con suela dura, ligeras y resistentes. Otra gente prefiere botas de travesía. E incluso hay quien calza sandalias. Cualquiera que sea la elección es indispensable que el calzado sea cómodo y que no esté recién estrenado. También se recomiendan unos calcetines sin costuras, ideales para evitar ampollas y rozaduras.
Palos de esquí / travesía
Si no estás acostumbrado a caminar durante cinco o seis horas al día, los palos de travesía son de gran ayuda, sobre todo para los descensos prolongados cuando sobrecargamos demasiado las rodillas. Los palos distribuyen mejor el peso, permiten que trabajemos más partes del cuerpo y, en mi caso, son el mejor aliado.
En la primera ocasión que realicé una parte del camino, la primera etapa Sarria-Portomarín me dejó fuera de juego. Todo por culpa del descenso continuo y prolongadohasta Portomarín donde forcé demasiado las rodillas. Al cabo de una semana llegué a Santiago prácticamente cojo. Y estuve toda la semana con dolores y antiinflamatorios. En esta segunda ocasión desde San Sebastián a Gijón utilicé los palos desde el primer día. NO tuve en veinte días ningún problema muscular. No es imprescindible apoyarse siempre en ellos; durante gran parte de la etapa puedes llevarlos atados a la mochila; pero conviene utilizarlos en algunas subidas y descensos prolongados.
Mochila ligera
Lo ideal son 6/7 kilos y deshacerse de todo aquello que parece prescindible. No hace falta llevarse dos guías y cuatro libros. Con una buena novela bastará. Para las etapas podemos tomar notas con anterioridad o consultar alguna aplicación en el móvil.
El mismo móvil suple algunos de los elementos que antes se consideraban básicos. ¿Para que queremos una linterna, cuando la mayoría de teléfonos incorporan esa función? Lo mismo es aplicable a la música, brújulas, mapas y elementos por el estilo. El móvil sustituye muchas de esas funciones, incluso la de cámara de fotos si no vamos a realizar un reportaje para una revista de viajes… e incluso para eso puede servir el móvil, o una cámara híbrida ligera.
Toalla, cantimplora
Una toalla de microfibras de tamaño mediano 65 X 90 siempre a mano es una de las mejores soluciones para sentarse en cualquier sitio, secarse el sudor, e incluso protegerse del viento. También la cantimplora debe ser de tamaño mediano (1 litro). En la mayoría de etapas se encuentra agua en abundancia y bastará con llevar la cantimplora medio llena.
Etapas, hoteles y albergues
Hay quien sigue las etapas de principio a fin. La alternativa es ir un poco por libre. Pararse allá donde el cuerpo lo pide o la vista invita a quedarse. También se puede escoger dormir en pequeños hoteles y pensiones. Algunos ofrecen precios muy asequibles y permiten descansar sin ronquidos y ruidos ajenos.
Coger el autobús o el tren cuando el camino transcurre durante varios kilómetros por el arcén de una carretera general es también una opción a tener en cuenta. Prefiero saltarme diez kilómetros y luego deleitarme con el tramo que sube por el monte y va paralelo a una playa. A veces está bien desviarse algunos kilómetros para conocer un pueblo o rincón que no está incluido en la etapa.